Volviendo a los años 1900, en dicho torneo, exclusivo británico, la selección inglesa sería la máxima galardonada, demostrando un gran dominio en el que era «su» deporte, encontrando grandes dificultades frente a Escocia, que sería su rival más complicado y con el que mantendría una rivalidad que perduraría hasta la actualidad. Inglaterra clasificó automáticamente siendo el anfitrión del mundial 1966, en el cual fue campeón.